“La sexualidad es la capacidad de ser placenteros y placenteras” (Carlos Menendez), y “cuando me permito vivir en el placer, me siento mejor” (Aingeru Mayor).
La sexualidad, en su dimensión recreativa, es la capacidad que todos los sujetos sexuados tenemos de ser placenteros. Nuestra sexualidad es también un medio de comunicación que se inicia con el gesto más humilde del amor, que es la ternura. Y la ternura, tal como fue definida por Carlos Menéndez, es “la capacidad de ser importante para ti porque tú eres importante para mí”.
No tenemos cuerpo: somos corpóreos. Nuestro cuerpo no es ni la cárcel del alma, ni la máquina que un espíritu gobierna. Nuestro cuerpo es sexuado, sensitivo y sensual. Y a través de él percibimos la sensualidad y también la sensorialidad: sensamos sensaciones y sentimos sentimientos a través del encuentro de las pieles.
La piel es un órgano erógeno, una red de receptores sensitivos, fusiones, efusiones y confusiones corpóreas. La magia del cuerpo y los placeres de la piel perduran en nosotr@s hasta la muerte, no renunciemos a ellos innecesaria o prematuramente.
En esta propuesta de talleres se promueve un espacio seguro, profesional y respetuoso con los ritmos de cada participante, donde poder explorar los placeres de mi cuerpo, las posibilidades de mis sentidos, el valor de la escucha activa y la aceptación incondicional de la particular manera de expresarse de cada uno (sujeto sexuado).
Se ofrece un espacio vivencial para el crecimiento personal a través de dinámicas y juegos que favorezcan el cultivo del autoconocimiento, con el fin último de posibilitar la consciencia corporal para poder ponerla al servicio del propio bienestar y de nuestros encuentros eróticos.
Se oferta un tiempo y espacio donde prima el respeto por las particularidades y posibilidades de cada participante.
La propuesta de los taller se aúna con la metodología de trabajo elaborada y desarrollada desde hace más de 10 años por Aingeru Mayor y Olatz Marcos en los Talleres de Ternura, a partir de la propuesta que Carlos Menéndez desarrolló en la escuela sexológica Sustraia, donde coincidimos los tres.
Para cualquier aclaración respecto al contenido o metodología del taller, no dudes en consultar en maite@mahibar-co.es
Los talleres impartidos en Gipuzkoa se desarrollan en el hermoso paraje y con las adecuadas condiciones que nos facilitan en el caserio Laskurain, Antzuola (Gipuzkoa).
“Quiero, en todo caso, quedarme con una de las grandes oportunidades que nos dan los talleres (y la vida misma): aprender del propio cuerpo y poder acertar a aplicarlo en la vida diaria. Una experiencia física, vibrante y emocional, integral, conmovedora. Magia”.
Andoni, 44 años
“Lo que más me ha tocado este fin de semana ha sido conectar, con alivio, con ese espacio de seguridad, de protección, sentirme respetada, aceptada y querida con todo lo que soy, sin condiciones. Me volví con el corazón hinchado de amor, infinita ternura y agradecimiento”.
Idurre, 49 años
“Vaya pedazo de viaje que me he pegado. No me imaginaba que podría llegar a este punto de ternura, respeto y amor incondicional hacia todas las personas por encima de cualquier etiqueta”.
Aitor, 39 años
“Este taller me ha abierto un mundo entero de libertad, de placer, de estar “embrujulada” hacia lo que está bien para mí... mi capacidad a poner límites, a estar consciente de lo que mis gestos pueden trasmitir, atreverme a expresar mis deseos, estar escuchando el deseo del otro cuando compartimos. Te agradezco muchísimo lo que nos has transmitido y también tu manera de hacerlo. Me he sentido en un espacio seguro, benevolente, sin juicio, con amor”.
Maggy, 34 años
“Eskerrik asko. Me siento un privilegiado de haber participado en esta experiencia. Zorionekoa neu!! Nunca había compartido mis lágrimas, inquietudes, complejos, necesidades, ...con gente a la que no conocía horas antes”.
Galder, 43 años
“Se ha abierto en mi carpeta de sentires, el deseo del encuentro. Ha sido muy bonito. El finde me ha brillado mucho, porque tú has afinado mucho”.
Unai, 48 años
“El taller ha sido una experiencia para conocer, jugar, entregar, recibir, para deshacerme de algunas vestiduras y escoger ropa nueva…. me ha dado la posibilidad de buscar, indagar y no ser mera espectadora. Averiguar dónde no me atrevo, observarlo y respetarlo”.
María, 35 años
Es muy difícil tener 57 tacos y creer que tienes una parte medianamente controlada y que todo salte por los aires. El estado de estupor es sublime. Tengo, rabia, luz, sombras, incertidumbre, certeza, nervios, ganas recorriéndome todo el cuerpo. Es como si una especie de proyectil brillante se hubiese disparado y anda rebotando por todas partes dentro de mí.
Unahi 57 años
Estoy disfrutando mucho de (re)descubrir mi propia intimidad, y mi capacidad de amarme y estar yo conmigo, que es uno de los grandes regalos que traigo del taller. Estoy muy agradecido por esto. A ti por ofrecerlo y a mi por tomarlo.
Alberto 44 años
"Ikaragarrizko oparia izan da nire bikotearekiko, argitu zaizkit gauzak, zer nahi dudan, batez ere zer sentitu nahi dudan, elkar errespetua, elkarrekin ondo pasatzea, barre egitea, txorakeriak egitea intimitatean ere, elkar desira, konfiantza, lotsa galtzea...aixxxxx...ze ederra!!! Emozionatuta nago honekin batez ere... Hau da zalantzarik gabe ekarpenik handiena".
Enara 42 urte
"No quiero olvidar esta sensación de libertad propia, amor propio, confianza, seguridad… que tengo desde este taller tan potente. No quiero olvidar, sí quiero afrontar lo que soy y lo que siento y veo que estoy en el camino. Me siento amoroso, pero no desde la falta de cariño y las carencias, si no desde un amor y seguridad propias desconocidas para mí. Es la primera vez en mucho tiempo que no me siento mal o raro de encontrarme bien".
Luis, 32 años
"Fue todo tan fluido, tan orgánico y natural que no consigo, ahora, distinguir entre las diferentes dinámicas, sino que parece todo un continium. Sé que nos cuidaste, dándonos lo que necesitábamos para nuestros respectivos viajes".
Mikel 29 años
"Aste bukaera oso potentea izan zen barne begirada bat egiteko, sentitzeko eta plazerarekin konektatzeko".
Nerea, 48 años
"Estoy feliz como una loba en su manada, no siento miedo ni tensión... a mis 45 años que estoy a punto de cumplir, en el taller he sentido cumplirse uno de mis sueños... no exactamente eróticos... sino de sentirme amada, importante para la otra persona".
Olatz, 44 años
"Me han facilitado mucho el trabajo, el sentirme cómoda y auténtica, tus cualidades del humor, la cercanía, la generosidad, la autenticidad, y la humildad…. Me explotó el cerebro de condicionantes, prejuicios, miedos.... sané, sané bastante. Ha sido muy bonito el proceso. quiero resaltar y echar al puchero lo libre y yo misma que me sentí en todo momento, pocas veces he sido tan yo misma".
Ainhoa, 39 años
"Agradecerte que me hayas dado la oportunidad de poder gozar de éste maravilloso y especial fin de semana, ha sido muy especial y único. Me he permitido sentir la ternura, el gozo, el deseo de descubrir, de dar, recibir, sentir y sensar".
Isabel, 50 años
"El taller me ha parecido muy completo, las dinámicas te permiten reflexionar, sentirte seguro y poner cucharadas en el puchero en grandes dosis, de tal forma que con toda la calma del mundo vas haciendo camino (“Tu camino”, importantísimo) y te vas dejando llevar. Me parece brutal, las pautas con las que gestionas el taller: Hablar desde el yo, no opinar/comentar/ni referirse al viaje del otro de ninguna forma, me parece brutal. Buen ambiente, apto para tortugas y avestruces... Me ayudó escuchar la visión que tenías de la feminidad y de los hombres, del construir conjunto. A veces, tengo la sensación que en determinados círculos no se vive así; y ser hombre, es sinónimo de algo malo".
Ander, 48 años
"Ya llevo años en cursos vivenciales y los que más me llegan son los que lo hacen como tú. Tu taller me ha servido para ver en qué momento se me dispara esta locura mental y también para ver, que puedo no dispararlo (no sé si siempre), pero me ha dado la esperanza de que puedo tener otro tipo de relaciones".
Juan, 54 años
"Gracias por provocarme la deconstrucción de creencias más constructiva de mi vida. He sentido una gran apertura a tus explicaciones, muchas ganas de desmontar mis creencias, de aprender, de retener cada frase tuya, de integrarlo, de atesorar cada palabra, de saber más.
...Y la parte vivencial...me cuesta expresar con palabras...que he disfrutado como una loca, que mi vida ya no será la misma a partir de ahora.
Me quedo cuestionándome, reflexionando, entusiasmada, ilusionada, tierna y con ganas de seguir descubriéndome." "Deseo desear mis propios deseos"
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Marta, 46 años
"Por un lado, abrirnos a explorar el placer, desde la inocencia, la pureza que todxs tenemos sólo por ser humanos. De-construir esa idea de que lo sexual es negativo, fuera del marco impuesto. Por otro lado, integrar que el placer está de piel para adentro, y que poco importa quién haya ahí afuera. Que todo sirve siempre que se cumpla ese respeto. Para mí ha quedado muy claro el objetivo, qué de-construir, y qué incorporar a la hora de tener encuentros".
Blanca, 48 años
"Siento mi alma y corazón en un lugar tan diferente a como cuando llegué, tan renovados, tan expandidos, tan abiertos al mundo, tan comprensivos de todo lo que hasta ahora no aceptaba, no entendía, no creía, no sentía… me siento un pasito más cerca de mi propia casa, de mi felicidad. Me siento con tantas ganas de amar, de mirar, de tocar, de oler, de sentir, de trascender todas estas cadenas que nos rodean en forma de creencias, de deberes, de objetivos, de mente que nos limita y hace pequeñitos. Gracias por tocarme el alma y despertármela".
Alberto, 34 años
"¿Sabes lo que ha supuesto para mí el volver a sentir “deseo sexual”? ¡Ya no sentirme deseada, sino deseante!!!! Ha sido un chute de alegría, de ilusión, de vitalidad, de Vida. Sentí rejuvenecer no te cuento cuanto o cómo. Este fin de semana algo a lo que no sé ponerle palabras me ha dado un chute de fuerzas para no quedarme ahí conformada y limitada".
María, 58 años
"Me he dado cuenta de lo importante que es para mí el contacto piel con piel para relacionarme con el mundo, con la gente que quiero de mi entorno y las dificultades y miedos que tengo. Sentí en tu mirada esa ternura de la que nos hablaste, sentí no juicio hacia mí como hombre, como Jordi, sentí una mirada profunda y equilibrada, en paz. Y no me asusté, me reconfortó, me sentí visto y sentí que te miraba con la misma energía. Me dejo seguir con este camino precioso del contacto amoroso, de romper barreras, de respetar mis tempos, ... de sentir que soy un cuerpo que siente placer".
Jordi, 35 años